A partir de enero de 2020, todos los grupos electrógenos de nueva construcción deberán cumplir los requisitos de la Fase V para NRMM (maquinaria móvil no de carretera). Esto significa que la flota actual de grupos electrógenos aún se puede utilizar, pero todos los grupos electrógenos recién construidos deben cumplir con el estándar Stage V.

Las normas relativas a las emisiones de los grupos electrógenos diésel son cada vez más estrictas. La norma líder en Europa es la norma europea de emisiones NRMM. Mediante esta norma se van incrementando progresivamente los requisitos que deben cumplir los grupos electrógenos diésel. La norma europea de emisiones NRMM también se aplica a los grupos electrógenos.

Dado que la mayoría de los motores diésel se utilizan para el transporte, la mayoría de los fabricantes se centran en desarrollar y probar motores destinados a aplicaciones en este sector. Para el transporte por carretera ya se utiliza la norma Euro VI, la norma de emisiones que se aplica a todo el transporte. Para aplicaciones NRMM, como el transporte marítimo y los grupos electrógenos, todavía se está desarrollando motores que puedan cumplir con el Stage V. También en este caso la atención se centra principalmente en el transporte; Muchos fabricantes de motores se centran principalmente en desarrollar y probar motores Euro VI para camiones.

La complejidad de utilizar motores en grupos electrógenos en lugar de camiones radica en el método de uso. Mientras que el motor de un camión suele cargarse de manera bastante constante, la carga de un grupo electrógeno varía mucho. Esto influye en el SCR (Reducción Catalítica Selectiva) y, en su caso, en los filtros de hollín que deben incorporar los motores Fase V. Por lo general, estos se benefician de una carga pesada y constante.

La mayoría de los grupos electrógenos Stage V tienen un filtro de hollín incorporado de forma predeterminada para reducir la emisión de hollín. Los filtros de hollín de Bredenoord atrapan las partículas de hollín y las incineran por completo, lo que reduce la emisión de hollín hasta en un 99,9%. La mayoría de los filtros de hollín son autolimpiantes, siempre que el grupo electrógeno esté suficientemente cargado. Si la carga de un grupo electrógeno no es lo suficientemente alta, el grupo electrógeno no alcanzará la temperatura requerida, lo que podría provocar que el filtro de hollín se bloquee. Esto se puede solucionar permitiendo que el filtro de hollín se regenere, sometiendo brevemente el motor a una carga pesada (permitiendo así que funcione muy caliente). Después de un tiempo, el filtro de hollín volverá a estar limpio.

Para cumplir con la norma Stage V en materia de emisiones de NOx, los gases de escape se someten a un tratamiento con AdBlue. AdBlue es un líquido compuesto por agua desmineralizada y urea. Al inyectarlo en los gases de escape, gran parte de los óxidos de nitrógeno se convierten en oxígeno puro y vapor de agua, dos sustancias inofensivas que están presentes de forma natural en nuestro aire.

Esta incorporación a un grupo electrógeno requiere recargas periódicas de AdBlue, además de sus recargas de combustible. El grupo electrógeno dejará de funcionar si el depósito de AdBlue empieza a agotarse. Las regulaciones lo exigen para garantizar que las personas no puedan continuar trabajando deliberadamente sin reducir las emisiones de NOx para cumplir con la norma.

AdBlue presenta un desafío adicional en el desarrollo de motores. El fluido es corrosivo y, como tal, es de suma importancia seleccionar los materiales adecuados y estimar con precisión la cantidad necesaria de AdBlue en cada situación.